jueves, 3 de enero de 2019

CAMINO DE SANTIAGO 2018 DÍA 2 10-JULIO-2018


10 - JULIO – 2018 PONFERRADA SAMOS. 76 kms



Son las 6 de la mañana cuando suena el despertador, entre que vamos al baño, despertamos a Nicolás y demás se hacen las 7 de la mañana.
Bajamos a desayunar y todo está cerrado, nos dicen que más adelante hay un bar que abre más pronto, por lo que decidimos subir a por las bicicletas y el carrito y salir en busca de ese bar. Cuando queremos bajar, han abierto el restaurante de la esquina, así que decidimos desayunar ahí.

Cuando desayunamos Nicolás y yo emprendemos camino.

Enseguida pasamos por Cacabelos y Villafranca del Bierzo, donde compro un espejo para la bicicleta.
Al salir de Villafranca tomo el camino paralelo a la nacional, cuando hice el camino hace dos años fui por la nacional, pero con el carro no me atrevo.
En Trabadelo, tomamos un plátano y un acuarius y seguimos camino hacia Las Herrerías de Valcarce.
Una vez pasado Las Herrerías de Valcarce comienza la ascensión más dura que he hecho nunca, la subida al puerto de OCebreiro.

 
A la subida, ya dura de por si, se añade que llevo el carro y a Nicolás, en total unos 40 kilos, el desarrollo que llevo es un plato de 34 dientes y un piñón de 50,  comenzamos la subida y Nicolás se hace un ovillito  y se duerme.


Muy, muy, muy despacio conseguimos llegar hasta arriba.
  
En la ermita nos espera Cacalo, sellamos la credencial  y vamos a comer.
Lo hacemos en el mismo restaurante que comí yo hace dos años, cogemos algo de fuerzas y decidimos seguir.

Nos quedan dos pequeñas subidas, pero duras, y luego todo bajada hasta Samos.
En el alto del Poio hacemos una parada, tomamos una cocacola y esperamos a que llegue Cacalo.
Una vez todos juntos tomamos la carretera y bajamos a gran velocidad, en un momento nos desviamos a la derecha y cogemos los caminos para llegar a Samos.
Son unos caminos difíciles, no muy técnicos pero con pequeñas complicaciones, que con el carro se hacen más difíciles.

Cuando llegamos a Samos, tenemos ya las mochilas preparadas en el Hostal Costa Victoria, nos damos una buena ducha y descansamos un rato.
Salimos a dar una vuelta y al lado del río nos sentamos en un banco, donde le hablo de algo de historia  de la transición española a Cacalo. 




Damos un paseo hasta el monasterio de Samos y decidimos ir a cenar.
La verdad es que es pronto pero nos hemos levantado a las 6 de la mañana y he estado pedaleando durante todo el día, unas 6 horas.
Así que pronto Nicolás y yo subimos a dormir, Cacalo decide quedarse un poco más por el pueblo y subir más tarde a la habitación.
Dormimos pronto, Nicolás cae rendido.
Se está portando genial, no se ha quejado ni un segundo del traqueteo del carrito y  está siendo un pasajero y compañero de viaje excepcional.
Mis miedos iniciales se pasan y estoy muy contento de hacer este viaje.


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