viernes, 10 de mayo de 2019
NI NADO, NI VOY RÁPIDO EN BICI, NI CORRO, PERO NADO, MONTO EN BICI Y CORRO.
Intento entrenar lo máximo posible, intento divertirme al máximo en lo que hago, esto incluye disfrutar sufriendo.
Cuando digo que ni nado, ni corro, ni voy rápido en bici, lo digo porque es así, cuando nado tengo suficiente con no ahogarme, en mantener la calma sin agobiarme en el lugar de nado y llegar a la otra orilla, o nadar los metros que tengo previstos, suelo ser el más lento, el que menos disfruta, el que peor técnica tiene, pero cuando llego a la orilla, aunque sea el que sale el último del agua, me siento orgulloso de mi mismo, me siento satisfecho y me siento con ganas de seguir.
Desde que comenzó el año 2019, apenas he nadado, pues las circunstancias han cambiado y he variado mis lugares de entrenamiento, y me he centrado en otras cosas, pero sigo pensando lo mismo, nadar no me mola, pero se que cuando termine me sentiré feliz.
Con la bicicleta es distinto, suelo disfrutar mucho sobre ella, y aguanto bastante más, puedo ir rápido, divertirme, incluso poner en aprietos a algún compañero, pero se que llega un momento en el que las piernas dicen basta, porque la cabeza dice basta, en ese momento en el que va delante se te distancia un metro, dos, tres… mi cabeza suele fallar, sé que si aguanto el tirón 100 o 200 metros, esos pocos watios que ejerce sobre su bicicleta el que va delante de mi, mi cuerpo se recuperará y podré seguir, pero no suele ser así, mi cabeza me dice que no puedo y las piernas flojean, antes me hundía, y me quedaba sin más, ahora se esperar mi momento de recuperación, bajar pulso, recuperar el aliento y seguir, en alguna ocasión alcanzo al grupo, en otras me mantengo a una distancia prudente y en las más me quedo solo, pero aun así sé mantenerme, y exprimirme, más que en otras disciplinas.
En carrera, la cosa es una mezcla entre la natación y la bicicleta, es como mi término medio, el ni pá ti ni pá mi, no es que me vuelva loco correr, pero no me siento agobiado corriendo, suelo entrenar solo y se plantearme retos y propuestas realistas, conozco mi cuerpo corriendo, se mantener un ritmo durante kilómetros, sé recuperarme de los baches y puedo correr largas distancias, pero también soy consciente de donde puedo llegar, donde estará mi limite, mi progresión.
Este año he corrido una media maratón, la de Segovia, la corrí habiendo entrenado muy bien, pero también con una lesión que me impidió entrenar 15 días antes y que me dejó sin poder entrenar hasta más un mes después, salí a correrla sin saber si sería posible hacerla, salí a correr con dolor en cada zancada, sabiendo que lo más coherente era no correrla y que quizás no acabaría, que lo más probable era que me tuviese que retirar.
Pero cuando empecé a correr el dolor fue remitiendo, poco a poco, bajando y aunque no desapareció en ningún momento, la mente hizo que pasase a un segundo plano, fui disfrutando de mi ciudad, fui corriendo poco a poco pasaron los kilómetros y aunque mi ritmo no era para el que había entrenado, ni mucho menos, puede terminarla en 1 hora y 54 minutos, mi peor media maratón de las 3 que he corrido, las tren en Segovia, quería bajar de 1hora 48 minutos a 1hora y 46 o incluso 45, pero no pudo ser.
Se puede entrenar, se puede nadar, se puede pedalear y se puede correr, sin querer ser un pro, se pueden hacer estas cosas con un único objetivo, el de disfrutar, el de hacerte sentir orgulloso a ti mismo, sin pensar en los demás, sólo pensando en la satisfacción de hacer una Perico, una Quebrantahuesos, un triatlón, una media, o lo que sea, y aunque otros piensen que lo que tú haces es poco o una pérdida de tu tiempo, tú y solo tú pienses que haciéndolo eres cada día más feliz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Bien dicho Sergio. La progresión es cuestión de entreno pero con disfrute. De otro modo se convierte en obligación y... Eso no mola, como bien dices.
ResponderEliminarAnimo y a darle poco a poco y cada vez un poquito más....