viernes, 5 de junio de 2020

MONTAR EN BICICLETA

Montar en bicicleta es una de las cosas que más me gustan, porque me quitan problemas de la cabeza, me hacen pasar horas conmigo mismo y despejarme.
Me pasa lo mismo con mis viajes del trabajo a casa y de casa al trabajo, sean en el coche o en el tren, hacen que cuando llegue a casa el trabajo se haya quedado por el camino y pocas veces hable en casa del trabajo.
Me gusta llevar, en mi bicicleta, un montón de Gadgets,  y no llevo más porque no tengo  hueco.
Llevo dos go-pro, una delante y otra detrás. Llevo un ciclocomputador, he cambiado ahora mismo por un garmin 1030 que aun no he estrenado. Y tengo un drone DJI que me encantaría llevar a todas mis salidas, pero que me harían perder el tiempo y tener que llevar una mochila para poder transportarlo. Me gustaría llevar una Sony Alpha para grabar sonido y grabar imágenes en primer plano y mejores imagenes en las diferentes ubicaciones a las que llego.
Me encantan los medios audiovisuales y me gustan todos los accesorios que tengan botones, botoncitos, pantallas y demás.
Pero no todos los dias me llevo las cámaras, y por eso, GRACIAS A DIOS, no tengo grabado mi accidente, pero me gustaría poder llevar más cosas y tener más tiempo para poder editar videos y disfrutar de todas estas cosas.
En el video, que acompaña este post, esta grabada la subida a las Navillas con mi amigo Lucero estas navidades pasadas.
Aun, no puedo montar en bicicleta, pues todavía estoy convalecinete del accidente, con dolores y la cabeza de aquella manera, pero sé que me volveré a subir a la bicicleta y sé que disfrutaré, no se si me costará trabajo subirme, si me acordaré durante muchas salidas del accidente que he tenido o si disfrutaré como antes. 
Pero sé que la bicicleta me ayuda y tengo ganas de ella. 
No se si mucha gente verá este video, pero disfrutad y suscribíos al canal. Pues en cuanto pueda pedalear habrá mas videos

APRENDIENDO EN SILENCIO


Rondan los años 90 del siglo XX, junto con mi padre cogemos el metro y vamos hasta la puerta del Sol, en ese entonces se hace el trasbordo en Plaza Castilla y se coge la linea 1 hasta Sol, de ahí salimos y nos dirigimos por la Carrera de San Jerónimo hacia la plaza de Sevilla, es martes.

Ahí giramos a la derecha por la calle Principe, y nos paramos a ver el escaparate de una tienda que se llama “Aquí”, nos detenemos en el escaparate y vemos una cámara Leica de platino, hay muchas más cámaras, siempre me he querido una Leica.

Desde ahí avanzamos unas decenas de metros más y frente a “Ópticas San Gabino” (en mi mente anteriormente se llamaban Ópticas San Dalino) hay un portal cochambroso, la puerta es verde y es muy oscuro, huele a humedad y subimos por las escaleras de madera que crujen al pisarlas, entramos a través de una puerta no menos vieja que el resto del edificio y con una mirilla de esas que tienen una tapa que se abre desde dentro para ver quien llama, entramos y ahí si que hay luz.

Tiene varias salas gigantes en las que hay colgadas fotografías, hay una sala algo más grande a modo de salón de actos donde se hacen concursos semanales.

Mi padre el día anterior se ha dedicado a colocar las fotografías que ha seleccionado en unas cartulinas a modo de marco de las fotos, aun están guardadas en la misma carpeta marrón con gomas dentro del armario, no hace mucho las estuvimos viendo, recuerdo un día que llevó al concurso una fotografía del motor de una “Harley Davidson” o el que era una puesta de un pueblo, o la silueta de un perro negro en la alameda del Parral de Segovia, un pastor con un transistor, una torre de electricidad caída o las vías del tren en la estación de Segovia.

Recuerdo esto porque me gustaba ir, pero recuerdo aun más cuando mi habitación se convertía en ese lugar mágico en el que en un papel blanco aparecía la imagen de la nada, solía ser los viernes, aunque no había día fijo, un lugar oscuro con una lámpara marrón, no usaba la roja sino la marrón, el papel de marca Valca, o si la fotografía iba a merecer la pena Ilford, el olor de los líquidos, revelador, baño de paro (a ácido acético tipo vinagre) o el fijador, o luego lavarlas con mistol, que venía en una bolsa de plástico, pequeña con líquido amarillo naranjoso, luego ponerlas en bastidores de madera con un tul rosa apoyados en el mueble de madera del salón de casa, para que escurriesen las fotografías y el agua cayese las hojas de El Pais del domingo colocadas sobre el suelo de corcho que había en la casa de Madrid.

Recuerdo horas y horas viendo como se hacía la magia y aparecía la imagen que antes había salido de la ampliadora en negativo, recuerdo porque me encantaba ver como aparecían esas imágenes y porque no me podía ir a la cama hasta que el laboratorio era recogido.

Yo permanecía en silencio, mirando, sin preguntar demasiado, aprendiendo cosas que he olvidado, como se usaban los tres filtros de la ampliadora, magenta; amarillo y cyan para usarlo con papel de contraste variable, pues variándolo el papel se convertía en un tipo u otro, se que había varios no recuerdo los nombres, o los tiempos que tenía que estar el papel en cada uno de los líquidos. También el fotómetro con reloj que tenía mi padre para medir la la luz del negativo, y ver que había que poner en los filtros de tres colores, esos filtros que sólo los tenían las ampliadoras que valían para fotografía en color, aunque yo nunca vi como se revelaba a color, pues siempre recuerdo que me decían que el revelar fotografías de color era caro, ni que revelar en blanco y negro fuese barato.

Porque las fotografías que se hacían en mi habitación eran en blanco y negro y esa magia me encantaba, porque yo siempre había oido que el color se inventó hacía relativamente pocos años y yo creía que las personas veían todo en blanco y negro y que un día alguien inventó las cosas a color y que todo se había coloreado, inocencia... y así me hice fotógrafo...

Cuando mi habitación no se convertía en un laboratorio las tardes y noches, años antes, se pasaban al principio en el cuadrito distribuidor donde había un armario de madera, con una puerta que se abría con llave y formaba una mesa, recuerdo el sonido que hacía la tabla al convertirse en mesa, y ahí había unas radios maravillosas que te comunicaban con el otro lado del mundo, ahí era yo muy pequeño, pero mi primer recuerdo es del día 23 de febrero de 1.981, cuando estuvimos oyendo desde casa las conversaciones de la gente que hablaban sobre el Golpe de Estado (eso era en el salón de casa con una super star 360 de 27Mhzs). Luego en el distribuidor de casa con la emisora se escuchaba y se podía hablar todo el mundo, recuerdo a mi padre hablar con gente de Segovia, y hablando en inglés con gente de otros países. Años después me hice radioaficionado.

Otros días se pasaban en la habitación de mis padres donde había un ordenador, al principio de pantalla verde. Años antes el ordenador se ponía en una televisión pequeña y era un ZX81, o un Spectrum 16k después, recuerdo el sonido del programa al cargar con un cassette, fue años más tarde creo que en el 1.986 cuando llegó a casa ese IBM de pantalla verde y que me acuerdo que costó 600 mil pesetas con un descuento que le hicieron a mi padre de descuento en el Banco Santander, donde trabajaba. Ese ordenador fue cambiando poco a poco y modificándose lentamente, de tal manera que creo que mi padre nunca más tuvo un ordenador nuevo, pues siempre se fueron modificando piezas poco a poco, un día un disco duro, un día la memoria, un día cambiaba las disqueteras de 5 ¼” a la de 3,5”, luego un CD-ROM, luego una pantalla de color, luego el windows... y ahí yo sentado en la colcha con flequitos que había en la cama de mis padres, pinchándome el trasero fui aprendiendo sobre ordenadores, desde montar un ordenador hasta aprender sobre los programas, siempre sin que nadie me explicase nada, sólo mirando, observando y con escasas preguntas.

Porque hoy se aprende con youtube, pero entonces mi padre aprendía con revistas y yo aprendía con mi padre, observando, sentado en silencio y siguiendo sus pasos. Siendo él mi referente, a quien admirar y a quien observar día tras días, en diferentes situaciones y en diferentes momentos.