El día 18 de junio, tuvo lugar la Quebrantahuesos, este año era mi
primera participación, no se si habrá más, y estuve nervioso los días previos,
el viaje, el tiempo, la bici…
Los meses antes, con el accidente del ciclista profesional Fran
Ventoso, se prohibieron las bicicletas de freno de disco, cosa que me afectaba,
pues había comprado mi bicicleta de frenos de disco, semana antes.
Tras un par de semanas de agobios e incertidumbres, todo se
solucionó y volvieron a permitir las bicicletas de freno de disco en este tipo
de pruebas.
Esto me supuso mucha intranquilidad y falta de motivación.
Cuando me recuperé del susto y recuperé la motivación las ganas
volvieron.
La semana de la prueba todos los pronósticos metereológicos hacían
preveer que caería el diluvio universal el día de la prueba…
Salimos a medio día del día 17 y emprendimos el viaje hacia
Sabiñánigo, allí nos esperaban Jorge, Lucero, Javier y Julito, al llegar fuimos
a ver la zona de salida y llegada, donde había un montón de Stands de venta de
productos relacionados con la bicicleta.
Ese día nos acostamos pronto pues el sábado nos levantamos a las 6
para estar pronto en la línea de salida.
Tuvimos muchas dudas de que ropa ponernos, no llovía, pero pintaba
mal, hacía mucho frio, yo decidí ponerme el maillot largo y el culotte corto
con perneras, llevaba el chubasquero y guantes te invierno.
Nos fuimos a línea de salida y nos situamos lo más cerca que
pudimos, se unió a nosotros Ely, pasamos por línea de salida 12 minutos más
tarde que el primero y comenzamos a pedalear rápido hacia Somport.
En la subida comenzó a haber mal tiempo, y la temperatura comenzó
a bajar muchísimo.
De pronto comencé a ver a ciclistas que se daban la vuelta,
cientos de ellos, entre ellos Beloki, el homenajeado, cada vez se daban la
vuelta más ciclistas, llovía mucho más, pero yo seguía adelante.
A poco de llegar a la cima, me alcanzó Jorge, que me acompañó para
subir y avituallar juntos, aluciné con los avituallamientos, un montón de
comida, fruta, gominolas, bebida isotónica, sándwiches, etc…
Salimos del avituallamiento y terminamos la subida, nos hicimos
una foto en la frontera con Francia y comenzamos la bajada.
La gente bajaba con mucha precaución, yo bajaba tranquilo, a gusto
y seguro, me decidí a bajar y adelanté a muchas personas, Jorge bajó con más
precaución, pero luego me cogió.
La bajada se prolongó hasta que comenzó la subida a Marie Blanque,
aquí me cogió de nuevo Jorge, y subimos un rato juntos, hasta que ya no pude
seguirle y el siguió adelante, ya no le vería más hasta meta.
La subida de Marie Blanque fue muy dura, quizás lo más duro que he
subido nunca, porque los últimos kilómetros son muy duros en porcentaje, además
la lluvia arreciaba por momentos.
Al llegar arriba un avituallamiento impresionante, tome 3 calditos
calentitos que hicieron que el cuerpo se entonase, cogí frutos secos,
gominolas, varios bocadillos y fruta.
Tras unos segundos mirando el paisaje, comencé la bajada con la
bicicleta llena de barro, del avituallamiento, cuando las ruedas se limpiaron
comencé a bajar con mayor soltura, descansando la piernas y disfrutando de un
rato de “relax”, aunque la lluvia persistía…
Una vez llegado el final del descenso empieza, sin descanso la
subida al Portalet, 29 kms de ascenso muy tendido, aunque con algunos
kilómetros con porcentajes altos, es una subida muy psicológica, iba solo, sin
nadie con quien hablar, así que lo importante es pensar en positivo, con cabeza
se llega arriba, dos horas y pico largas dando pedales sin descanso, bebiendo,
comiendo y sufriendo por la lluvia, dicen las crónicas que cayó agua nieve en
la subida, yo no veía…
Los paisajes en la zona de Francia son los más bonitos de todo el
recorrido, veo anuncios de Fromage y me dan ganas de pararme a comprarme un
queso, jeje.
En la subida al Portalet, sólo pienso en mis hijos y mi mujer, lo
que me ayuda a seguir dando pedales.
Los kilómetros van pasando y cuando quedan 10 kms para llegar
arriba un avituallamiento, como un trozo de naranja que me sabe a gloria, lleno
los bidones de agua y Powerade, como dos bocadillitos y cojo otros dos, a estas
alturas ya estoy harto de geles, y prefiero comer comida de verdad, creo que
powerbar debe ir pensando en hacer geles sabor panceta y chorizo de
Cantimpalos…
Con el estómago lleno y nuevas fuerzas reemprendo la subida, total
me quedan solo 10 kms esto está ya hecho, si llego a superar estos 10 kms ya lo
tengo hecho…
Los últimos 10 kms son preciosos, estamos muy arriba y se ven unos
paisajes preciosos pasamos por debajo de algún “semitunel” que recuerdo de
haber visto en el Tour, o la Vuelta.
Los últimos kilómetros son muy duros, y alucino al ver que esta
prohibido hacer fotos, en el parque natural francés, si hubiera ido un poco más
fresco hubiera parado a hacer unas cuantas fotos… ¿desde cuándo se puede
prohibir hacer fotos en el campo? Franceses…
Llego a la cima y comienzo la bajada, AVITUALLAMIENTO!!!!, vuelvo
a por el ansiado caldito, tomo otros tres, un par de bocadillos, un plátano y
más naranja… los voluntarios me alucinan, te cogen la bicicleta, te llenan los
botes, cogiéndolos de la bici, te cuidan mucho y eso gusta…
Después de unos minutos, a bajar!!! Me encanta la bajada, 80 kms
por hora, y sol, no me he quitado el chubasquero porque estoy muy mojado y no
quiero enfriarme, me da rabia luego al verlas fotos, pero no me he puesto malo,
así que buena decisión.
Los paisajes siguen siendo preciosos, se ven unos pantanos de
centrales eléctricas con unas aguas azules preciosas, se ven barquitos de vela
y demás, giro a la izquierda y subida a Hoz de Jaca, ultimo puerto, voy con
fuerza y las rampas no me resultan tan duras como me habían hecho temer, llego
bien al cartel del pueblo, otro AVITUALLAMIENTO, como naranja, platano y
escucho la canción de la selección, he de reconocer que oir a mi tocayo Sergio
Ramos cantar, en ese momento hasta me emociona, pero pienso que me molaría
mucho más que cantase la canción de la selección Piqué, aunque no se que
pensaría el, ahí me dicen que todo es bajada ya hasta meta, MIENTEN!!!!
Comienzo la bajada y no se si estoy en la bici o en una Moto GP,
pues en las curvas hay protecciones como si de un gran premio de motociclismo
se tratase, bajo a gran velocidad, pero con seguridad, giro a la derecha por la
represa, he de reconocer que tenia un poco de respeto a esto, pues tengo mucho
vértigo y en las imágenes que había visto me había impresionado, pero en la
realidad impresiona mucho menos…
Vuelvo a la carretera principal y una subida que no me esperaba,
¡Si todo era hacia abajo! Me duelen las piernas, pero doy pedales con el plato
como un loco para pillar al grupo que tengo delante, les cojo y empiezo a
tirar, se sujetan como garrapatas que son y cuando ya estamos a 10 kms de la
meta, dan un apretón y me dejan tirado como una colilla, pero con todo y eso
sigo a gran velocidad dando pedales, ¡Esto ya está hecho!
De pronto giro a la derecha y una super cuesta, le pregunto a un
voluntario que si queda mucho, y me dice 800 metros de subida (ya no había más hacía un rato) y 3kms de
bajada.
Bueno pues a ello, esta vez no me han mentido y es cierto, entro
en Sabiñánigo por la calle donde la noche anterior habíamos cenado y la marcha
había comenzado por la mañana, giro a la derecha y ya se que lo he conseguido,
me cruzo con Lucero, y Jorge, creo que también con Julito y Javier, lo hemos
conseguido todos…
Sigo dando pedales y giro a la derecha, veo la meta, y a Alicia,
aprieto los dientes y doy los últimos pedales, lo he logrado, estoy muy
contento, no pensé que lo lograría, pero lo hice un tiempo para bajarlo en
próximos años, pero dicen que es una de las Quebrantahuesos más duras de la
historia.
