Llevo con potenciómetro desde hace 2 años, más o menos y en un principio no sabía bien cómo usarlo, y cómo sacar partido de ello.
Ahora uso los watios como una información de la que aunque no sé al 100% el partido que puedo sacarle, si me sirve para conocerme mucho mejor y saber mis límites.
En un entrenamiento por pulsaciones influyen muchos factores externos que en el entrenamiento por potencia no, o al menos no tanto. Las pulsaciones varían dependiendo de las horas de sueño que se hayan tenido, de si este sueño ha sido recomponedor, de si se ha desayunado un café bien cargado o una tila y multitud de factores que pueden hacer que estas pulsaciones se vean influenciadas.
Sin embargo en un entrenamiento por potencia, la potencia que transmites a la bicicleta es la que hay, ni más ni menos.
Un ejemplo gráfico es el siguiente, cuando salgo a montar en bicicleta con mi club cicloturista o mi equipo de triatlón, salgo siempre por una cuesta que sale de mi pueblo de unos 800 metros relativamente exigente, en esa cuesta y viendo los watios que mis piernas transmiten a la bicicleta yo ya puedo intuir, con bastante certeza cómo va ir el día, si voy a aguantar a mi grupeta toda la salida, o si por el contrario voy a sufrir para estar ahí, o simplemente si me voy a quedar a la primera de cambio. Si los watios suben con facilidad, todo irá medianamente bien, si los watios no suben iremos mal todo el santo día.
Para trabajar por potencia lo primero que hay que hacer es un test de FTP, que nos dará nuestros watios máximos en 20 minutos, con esos watios y haciendo una serie de cálculos se sacan los watios máximos a los que se puede aguantar una hora, dos, tres, etc... (un resumen rápido de lo que va esto...).
En mi vida he hecho 4 o 5 test de potencia, consisten en ir a tope durante 20 minutos, pero a tope significa a tope, sin dejarte ni un gramo de fuerza, explico, cuando hago mis test, los suelo hacer en el puerto de Navacerrada, cronómetro a cero y desde el segundo 1 se empieza a tope, dándo todo lo que hay dentro de ti, los minutos parecen horas pues ves pasar los segundos muy muy despacio, 19, 18, 17... así durante los 20 minutos llegando a pensar que no puedes más, cuando quedan unos 3 o 4 minutos tienes un pequeño pico de fuerza que no sabes de dónde sale en el que das tu último esfuerzo, llega el ansiado minuto 19 y en cuanto ves aproximarse el 19:59 piensas, con lo que me queda de puerto y el tiempo que llevo hoy voy a reventar mi tiempo de subida, voy a seguir a tope hasta arriba, pero... llega el minuto 20 y al minuto 20:01 no puedes dar una pedalada más, no puedes seguir, no hay manera material de dar una pedalada más.
En mi último test, acababa de empezar con mi entrenadora, con la que enseguida empaticé y me senti muy comprendido y la cual me da muchos ánimos, ella me mandó la segunda semana de estar con ella hacer el test y yo estaba en una época out de ánimos y me dispuse a hacer el test llegando en un mal momento, cuando terminé estuve otros 20 minutos tirado en el suelo de la cuneta recuperando el aliento. No fue un buen test... pero sacamos buenas conclusiones para el resto del año y ahora estamos mejornado, teniendo en mi última subida a Navacerrada unos watios a 20 mintuos mejores que nunca y sin test.
Con estos test los entrenadores saben cómo plantearte los entrenamientos y cómo indicarte que hagas una marcha o una carrera.
Otro ejemplo fue mi última marcha la Perico Delgado, subiendo Navacerrada los watios subieron pero fui controlando la situación, en el segundo puerto, Morcuera, los watios ya subieron muy poco, o no como deberían y ya supe que ese iba a ser un día duro, si los watios no suben como deben mala cosa, en Canencia ya subieron muy poco y en Navafría fue un arrastre total, los watios no subieron nada, y todo fue un suplicio hasta llegar a meta, todo influenciado por mi asma y por haber olvidado llevarme la medicación que suelo darme, un factor externo que se refleja en las piernas, por ejemplo mis pulsaciones ese día fueron bastante bien hasta el final, un engaño más del pulso. Un ejemplo claro de que los watios no engañan.
Hoy cada vez más se entrena por watios y la gente que lo hacemos por placer, aunque no le damos el mismo uso que un profesional o un élite, podemos sacar provecho de los potenciometros, primero a modo de información y segundo a modo de aprendizaje de como va nuestro cuerpo.
Cuando llego a casa después de una salida solo miro una cosa mi potencia normalizada, la potencia que se hubiera podido mantener constante durante todo el entreno, sin picos, sin subidas ni bajadas. Y ulitmamente observo que vamos subiendo, lejos de los buenos, pero mejorando contra mi único contrincante, que soy yo mismo.







